Primer punto: El cuerpo siempre es motivo de conflicto. Eros. Cuerpos sexualizados. Cuerpos descuartizados en medio de la guerra. Jovencitas violadas. Boxeadores que se revientan a golpes. No podemos escapar de nuestro cuerpo porque es parte esencial de lo que somos, y eso nos aterra. Segundo punto: El cuerpo es el lugar donde están las emociones. Sobre las emociones se ha proyectado mucho pensamiento mágico. Las emociones NO están “en el corazón”. Las emociones NO están “en el espíritu”. Las emociones SÍ son sensaciones corporales. Tercer punto: La reconciliación con el cuerpo es necesaria para la reconciliación con uno mismo. Todas las escuelas de psicoterapia afirman que aceptar las emociones (agradables o desagradables) para conseguir la armonía interior. Lo mismo es afirmado por las escuelas de yoga y mística. Y el actor y el bailarín necesitan la escucha del cuerpo para poder emitir emoción en su arte. Cuarto punto: La escucha del cuerpo con fines terapéuticos no puede lograrse por medio de la razón, sino por la experiencia íntima, subjetiva y somática de aquellas partes del cuerpo en donde experimentamos emoción. Para ello existen técnicas específicas. Quinto punto: La mente influencia en el cuerpo y el cuerpo en la mente. La transformación del cuerpo trae un cambio en nuestras emociones, y por lo tanto en la experiencia de nuestro cuerpo. Y, el cambio de cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo, trae un cambio sobre cómo vemos al mundo y nuestra identidad, para llevarnos a un estado de vida armonioso y superior.
Salvador Carrillo, psicoterapeuta
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